jueves, 7 de octubre de 2010

Geografía de Roma. II


Los nombres.

Frente a la explanada de San Pietro in Montorio, en una mañana cálida, contemplamos el paisaje de la ciudad abajo y vamos desgranando los nombres: Santa Maria in Trastevere, más allá las torres de Santa Cecilia; la isla Teverina en el río, las cúpulas de Sant´Ignazio, de Sant´Andrea delle Valle; el cimborrio de Sant´Ivo; el obelisco de Piazza Navona, la columna Traiana más allá.

Al fondo, Villa Medicis, la línea de los jardines del Pincio; unas confusas torres que deben de ser las de Santa Sabina. Santa Maria in Cosmedin entre los árboles, apenas entrevista; San Giorgio al Velabro; las esculturas de San Giovanni in Laterano; los cipreses del Palatino; la mole de Sant´Angelo; la pálida línea de Colli Albani a lo lejos...

Nombramos, vamos señalando y, al hacerlo, es como si convocáramos apenas una más exacta presencia, un raro conocimiento. Pues lo que hacemos al nombrar es desligarnos de esta mañana tibia en Roma, del instante en que la vemos. Y frente a la ligereza del momento, asistimos a una otra certeza: es la de los nombres. La designación, su extraño acuerdo.

martes, 5 de octubre de 2010

La ruta de la seda




Canción de la nieve

Cuando el viento del norte hace surcos en el suelo
se humillan las hierbas de la estepa.
En cuanto irrumpe el otoño,
avanza la nieve por la tierra de los bárbaros.

El calor que proporciona la piel del zorro ya no basta
y muy fina resulta la cubierta del brocado.
Profundo en el abismo se hiela el desierto,
las nubes forman poderosas barreras.

En el crepúsculo se arremolinan espesos los copos,
la nieve se agita junto a las puertas.
A la sacudida de la tormenta resisten
los rojos estandartes, rígidos por el hielo.

  -    Cen Can     (s.VIII)

Las islas fugitivas

  Eugéne Atget había fotografiado los alrededores del parque Montsouris de París en varias ocasiones. Además de las sillas y los portales va...

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