" En el distrito de Yamagata hay un templo de montaña llamado Ryüshaku-Ji. Fundado por el Gran Maestro Jikaku , es un lugar especialmente puro y tranquilo (...) La montaña estaba formada por diversos estratos de cantos rodados, con pinos y cipreses centenarios sobre un suelo y unas rocas muy viejas, y un musgo tan suave como el terciopelo. Todos los santuarios anexos al templo escalonados a lo largo de la ladera estaban cerrados, así que el silencio era total. Después de sortear precipicios y piedras sueltas que nos hacían resbalar, por fin pudimos postrarnos ante el Budha del templo. Las vistas eran tan hermosas, la soledad tan absoluta y la serenidad del lugar tan profunda que pudimos sentir la pureza de nuestros propios corazones.
Serenidad.
Entre las rocas canta
una cigarra. "
- Bashò De camino a Oku y otros diarios de viaje