Del catálogo de la Exposición " La restauración del Teatro de Dionisos en la Acrópolis de Atenas", editado por la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Coimbra. 2018.
- Antonio de Andrada. "El regreso a Atenas".
" Frente a nosotros se levantaba, solemne, la colina de la Acrópolis. Parecía lo único inmóvil en la noche airada. El viento en agosto hace levantarse los manteles de las terrazas, golpea con ruido de puerto de mar los toldos. En la azotea donde cenábamos hizo volar de repente el sombrero de una comensal vecina, que se perdió entre las sombras. Pero allí, frente a las ruinas del Erecteion, de otro pórtico que al pronto no supe nombrar, creo que le comenté a Marianne: " Así que todo era cierto".
Parecía lo único inmóvil en el verano de Atenas. En la cercanía de la colina sagrada, aún persistían los pórticos, frisos, capiteles, columnas, los rotos arquitrabes, los frontones en ruinas... El clasicismo surgía aquella noche airada como una evidencia inmóvil frente a lo que vino después: a la devastación, la desolación de los bárbaros.
Lusitania, con sus sombríos bosques, está muy lejos de Atenas, pensé. (…)
Días más tarde, en las costas de Creta, iba a encontrar la misma sensación de retorno al origen en unas páginas de Ernest Renan escritas a su llegada a Grecia. Renan, católico sincero, había viajado por los lugares de los Hechos de los Apóstoles hasta que, frente a la Acrópolis, una noche, comenzó a hablar del origen de Europa. (…)
" Todo era cierto", repitió alguien luego.
La noche se había hecho muy fresca. Bebimos unas copas de ouzo, regresamos por las calles del barrio de Plahka, a las que el vendaval, un amago de tormenta, había dejado vacías. (…) "
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