martes, 4 de octubre de 2011

Las islas inciertas





La primera relación de la isla de Sauvall - Sauvall Island - aparece en el oscuro opúsculo de un navegante irlandés, Seamus Flaherty, editado en 1801 en Derry, en la librería Derrick & Sons.

En 1787, cuenta el capitán irlandés en sus "Travels through South Atlantic", hubo de apartarse de la ruta que le llevaba al puerto de Valparaíso por una tormenta a la altura del cabo San Julián. La corriente le desvía hacia las Georgia del Sur - calculó aproximadamente - obligándole a alejarse de la costa. El propósito del capitán era rodear el temido paralelo 60 para retomar a continuación la orientación sud-sudoeste en dirección al Estrecho de Magallanes. Diversos incidentes se lo impidieron, sufriendo, entre otras, graves averías en la carena del casco.

La noche del 6 de septiembre de 1787 - siempre según sus notas - arribaron a una isla en el Atlántico Sur que él supuso, pues no estaba localizada en los mapas, pertenecía al archipiélago de las Sandwich. En cualquier caso la desviación que había sufrido por la corriente y el mal estado del cronómetro de la nave le impedían calcular la latitud con certeza. Por lo que de todas maneras se apresuró a dirigirse a la ensenada que hacía de puerto para abarloar la nave e intentar efectuar las reparaciones necesarias en el barco - el "Grey Adventure" -, una goleta de 220  toneladas.

Permanecieron en la isla unas dos semanas, en las que lograron carenar la nave y realizar la reparación del timón, pudiendo además adquirir velas nuevas. Durante estas dos semanas el capitán pudo observar que la isla estaba casi deshabitada, a excepción del puerto en el que habían recalado, denominado por él - no se sabe si de acuerdo a la denominación de los isleños - Port Sauvall.

A excepción de una factoría en el puerto - una ensenada entre las abruptas rompientes - en la isla no había otra población. Un paisaje de lomas heladas y laderas volcánicas la cubría en su totalidad. Port Sauvall contaba, como únicos edificios señalados, además del gran almacén del muelle, con una iglesia - "creo que de rito evangélico, señaló Seamus - y una taberna amplia y destartalada. Los lugareños frecuentaban las dos con la misma asiduidad.

Dos cosas extrañaron durante su estancia al capitán irlandés: la primera que durante la asistencia a los oficios dominicales en la capilla no fue capaz de establecer con precisión a qué rito evangélico pertenecían. Donde, por ende, "se cantaban unos tristes e interminables salmos que parecían extraídos de quién sabe qué antifonario albigense, que el Diablo confunda". El autor, católico convencido, tampoco puso un excesivo interés en determinar la secta luterana o, peor aún, inglesa, a que la comunidad pertenecía.

En segundo lugar, en alguna de las excursiones que el capitán pudo emprender por el interior de la isla - motivadas, entre otras razones, por el aburrimiento de la espera - encuentra, en medio del páramo volcánico, unos antiguos restos de construcciones ciclópeas, de las que sólo permanecían los cimientos en el suelo y unos vagos dibujos de edificios de planta circular. En el norte de la isla, frente a la costa de barlovento, descubre en una colina sobre el acantilado las ruinas de lo que si en otro tiempo fue un faro - o una torre de señales - había sido sin duda una torre colosal, por las dimensiones y la fábrica de los restos.

Preguntado a los lugareños, estos no supieron darle noticia alguna de aquellos descomunales vestigios, cuya razón de ser desconocían por completo. Seamus sospechó, no sin cierto fundamento, que la comunidad, entregada a partes iguales a Apolo y Dionisos, tenía algo de peregrinación secular a los confines del Mar Austral, y que esta peregrinación no había sido del todo voluntaria. Pero nada le hizo confirmar sus suposiciones, puesto que nada puede extraer de los isleños sobre la historia de la factoría en la isla.

A las dos semanas, reparada la carena del barco, el "Grey Adventure" partió de nuevo hacia el Estrecho de Magallanes, en su ruta habitual hacia el puerto de Valparaíso.

Publicada en una obra apenas leída, nadie se ha molestado en ubicar correctamente la situación de la isla Sauvall. Alguien en Dublín comentó desdeñosamente que pertenecería a las Orcadas del Sur, y el capitán, entre la tormenta y el mareo, no la había sabido estimar.

La siguiente noticia aparece, veinte años después, en una publicación del todo diferente. Esta es la memoria anual de la "Presbiterian Society of Cardiff", presidida por el reverendo Charles Mc Cunningham, en la que en su segundo volumen alguien, que firma como Rev. M.C., recogía una rara relación sobre las persecuciones y luchas religiosas que en la Inglaterra del siglo XVII  habían tenido lugar. En una nota a pie de página se afirmaba que una comunidad de la comarca de Taunton, acusada de ciertas desviaciones de tipo maniqueísta - incluso alguien llegó a describirles como "una triste caricatura sajona de la secta de los bogomilos" - hubo de emigrar con rumbo desconocido desde Inglaterra, afirmando en otra nota que "se establecieron finalmente en la llamada Isla Sauvall, en los confines del Atlántico".

La relación hubiera pasado inadvertida igualmente hasta que, a finales de siglo, en 1879, el profesor Charles Murray, de la Universidad de Bristol, realizando un estudio sobre publicaciones históricas de la Iglesia Presbiteriana, la encontró en una biblioteca de Cardiff. Intrigado por la noticia - que no había hallado en ninguna otra parte - escribió a la Sociedad Presbiteriana del lugar, solicitando noticias sobre el enigmático "Rev. M.C.". De igual manera solicitó del Almirantazgo Británico una descripción exacta de Sauvall, así como un mapa de su ubicación y cuantas noticias geográficas pudieran facilitarle. Ni en un caso ni en otro obtuvo respuesta, recibiendo únicamente una breve misiva del Almirantazgo en donde le respondían que su solicitud sin duda se trataba de un error de transcripción o de alguna otra clase, y le pedían que repitiera la consulta en otros términos.

El profesor Murray, absorbido en ese momento por una memoria de tesis sobre los relatos tradicionales de la región de Bath, aparcó momentáneamente sus pesquisas - no sin cierta irritación - y sus notas quedaron archivadas hasta una nueva oportunidad, en la que se proponía proseguir concienzudamente la extraña investigación.

Lamentablemente, un accidente en un tren minero ocurrido en 1895 terminó con su vida, perdiéndose las notas del trabajo en la demolición de su casa en Bristol.

Durante muchos años nada volvió a saberse sobre la confusa isla.

En 1924 el estudioso peruano Orlando Vargas encuentra una relación sobre antiguos monumentos del Perú precolombino en una revista de la Sociedad Patriótica Huascar Capac de Lima. En ella, un tal Servando Peñalosa defendía una vaga teoría sobre la supuesta exportación de la arquitectura de Tiahuanaco por la zona de influencia del Atlántico Sur, mucho más allá de los límites del imperio incaico.

Como prueba de sus afirmaciones, entre otras, reproducía en una oscura imagen los restos de una antigua y ciclópea torre de señales en una costa abrupta. La fotografía, a pie de página, ubicaba los restos en la "Isla de Sauvall".

Nada ha podido establecerse en relación con la enigmática imagen, así como de su desconocido autor. De éste, el citado Peñalosa, sólo se pudo averiguar que aparecía en un diccionario biográfico local, en una breve nota, como "prestigioso periodista indígena de la región de Tampa", sin más referencias. El profesor Vargas, decepcionado, abandonó la búsqueda y se dedicó a otros menesteres - que le llevaron finalmente a ser nombrado gobernador del remoto Departamento de Cajamarca.


_______________________________________________________________________


Bibliografía

- Seamus Heaney      Travels through Atlantic South         Derry,   Derrick&Sons Library, 1801.

- Rev. S.T. Partridge        Historia de la Iglesia Presbiteriana de Inglaterra         2 vols.  Oxford, Univ. Press, 1905.

- Lic. Orlando Vargas       Obras y artículos escogidos           Ayacucho, 1929.

-    Diccionario biográfico de autores de la región de Tampa           Tampa, Concejo Regional,   1927.

-  Cartas Geográficas del Atlántico Sur               Almirantazgo Británico   Londres (varias ediciones)






No hay comentarios:

Publicar un comentario

Leopoldo Panero en otoño

En la Plaza Mayor de Salamanca, con la llegada de noviembre, instalan las casetas de la feria del libro en el centro de la explanada. Noviem...

Others