viernes, 8 de febrero de 2013

La incredulidad



Hay algunos incrédulos incluso en las aldeas al oeste. Una mujer me comentó las pasadas navidades que no creía ni en el infierno ni en los fantasmas. Pensaba que el infierno era meramente una invención ideada por el párroco para que la gente fuera buena; y a los fantasmas no se les permitiría, sostenía, ir "deambulando por el mundo" según  su propia voluntad; pero, añadió "hay duendes y gnomos pequeños y caballos acuáticos y ángeles caídos".



          - W. B. Yeats           The  Celtic Twilight   

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En Ávila

  En Ávila, mis ojos,  dentro en Ávila. En Ávila del Río  Mataron a mi amigo, dentro en Ávila.

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