lunes, 21 de octubre de 2013

De los peligros de tener un kitsune entre la servidumbre




Al kitsune - zorro japonés que, como se sabe, se puede transmutar en persona, o introducirse dentro de ellas - se le podía reconocer a veces porque "como seres humanos aún tenían rasgos parecidos al zorro, también les cubre un pelaje fino, tienen una sombra en forma de zorro, o su propio reflejo revela su identidad".

A finales del siglo XVI el daymio Hideyoshi Toyotomi, que había unificado el país durante los años precedentes, escribe una breve carta al dios Inari, divinidad guerrera que a veces adopta la forma de una diosa, en la que le expone los problemas que en la corte está causando la presencia innegable de un kitsune.

La carta expone que:

" A Inairy Daymiojin.

Mi señor, tengo el honor de informarle que uno de los zorros que está bajo su jurisdicción ha hechizado a una de mis sirvientas, causándole a ella y a otros una serie de problemas. Haga el favor de tomar unos minutos en consultar el tema, y procure encontrar la razón de por qué su súbdito se porta mal y hágame conocerla.

Si el zorro no tiene un motivo adecuado para su conducta, quedará bajo arresto y se le castigará inmediatamente. Si usted vacila en tomar una decisión en este tema, ordenaré la destrucción de cada zorro en el país. Cualquier otro asunto sobre el que se desee informar o en referencia a lo que haya ocurrido puede consultarlo al sumo sacerdote de Yoshima".

Ignoramos la respuesta, que no hemos podido encontrar en la numerosa bibliografía relacionada con el asunto.



   - Cit. en     Lafcadio Hearn        Glimpses of Unfamiliar Japan,     2005.

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