lunes, 24 de enero de 2011
Calle Pradillo
Al final de la calle Pradillo existía una casa abandonada, con un raro jardín con estatuas, un estanque seco, un cenador arruinado.
Fue un descubrimiento fascinante, una tarde que saltamos la verja. Encontrar el jardín - cegado por las hojas - y los restos de la antigua quinta entre los descampados, los solares de una calle en donde ya se estaban comenzando a edificar almacenes nuevos, naves industriales entre sus restos.
Pradillo estaba al final de un barrio de chalets y de hoteles de las colonias obreras de la época de la Segunda República. Sobre el barrio, encima de la ciudad-jardín de Alfonso XIII, se erigía la inmensa mole de un colegio decimonónico, el "colegio de las monjas". Nunca vi a nadie entrar o salir de él, aunque por el día se oían voces y el edificio parecía cuidado - y retórico- en su gigantismo. Debajo, la colonia de funcionarios, distante y secreta, entre los chalets más solemnes de Alfonso XIII, de la Ciudad Lineal al fondo.
La calle Pradillo bordeaba el barrio. Debía de haber contado con alguna quinta rara, algún merendero de los que, allá por Chamartín, subsistían, moribundos ya alguno. Pero ahora era una calle en la que de estos restos no quedaba nada. En su lugar habían comenzado a construir las naves industriales, los vastos talleres de los que surgía, durante el día, un constante ruido de máquinas. Al final, cerca ya de López de Hoyos, permanecían algunos solares, y entre ellos, la tapia confusa, las escaleras que alcanzaban la calle y semejaban surgir y acabar entre la maleza.
Fuimos allí varias tardes. Nuestros paseos finalizaban, como un acuerdo tácito, en la zona. Cerca, había un merendero y un colmado de ultramarinos, y, más allá, un café decrépito entre los jardines. Algún tiempo después, volví con una cámara de fotos. En algún lugar estarán los negativos: el estanque vacío, los faunos en la bruma, el cenador circular entre la reja, los candados inútiles. Una rara niebla surge de las fotos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Notas sobre la Ballena Blanca
La "Posada del Surtidor. Peter Coffin", adonde finalmente se encamina el narrador de Moby Dick - "Llamadme Samuel"- s...
Others
-
En un determinado momento, dentro de los cuadros, relieves y grabados que el Emperador Rodolfo II está acumulando en su renovado castillo de...
-
La "Posada del Surtidor. Peter Coffin", adonde finalmente se encamina el narrador de Moby Dick - "Llamadme Samuel"- s...
-
No conservamos ninguno de los mapas originales de la Geografía de Ptolomeo. La edición de los libros del erudito alejandrino debió de ...
-
Los augurios. "De Dionisio se decía que profetizaba y pronunciaba oráculos en otras partes, pero principalmente entre lo...
-
Uno siempre había pensado que la traducción del poema de Kavafis hecha por José María Álvarez en la edición de "Poesías complet...
-
A Josefina Aldecoa. En el " Diccionario de las vanguardias en España " de Juan Manuel Bonet, referencias distraidas, fragmentos...
-
En el Museo Bizantino un icono muestra una imagen sin fisuras: es una imagen sagrada, absolutamente, tal como en ningún momento de la hist...
-
El primer Théatre Robert Houdin se abrió en una galería del Palais Royal. Una crónica de la época recuerda que: "Este edificio, an...
-
Una entrada sobre "Los Autómatas" en la Grande Enciclopédia Portuguesa recoge la inquietante noticia de que: "Aseguran qu...
-
EL AMOR, EL FANTASMA. En un determinado pasaje de su " Vita Nuova ", Dante quien, enamorado sin remedio de Beatriz, no puede s...
No hay comentarios:
Publicar un comentario